Somos la única criatura de la tierra que somos capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pesamos y sentimos.
Nuestras células están constantemente observando nuestros pensamientos y siendo modificadas por ellos.
La alegría y la actividad armoniosa nos mantienen saludables y prolongan la vida. El recuerdo de una situación negativa u triste liberan las mismas sustancias toxicas y destructivas que el estrés. Nuestras células están constantemente procesando todas nuestras experiencias y metabolizándolas de acuerdo con nuestros puntos de vista personales.
No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un juzga-miento. Nosotros nos transformamos en la interpretación cuando la internalizamos, quien esta deprimido proyecta tristeza a todas las partes del cuerpo, su producción de neurotransmisores a partir del cerebro se altera, el nivel de las hormonas varia, el ciclo del sueño se interrumpe, los receptores neuropeptídicos en la superficie externa de las células se modifican, sus plaquetas se tornan mas viscosas y propensas a formar grumos y hasta sus lagrimas contienen trazos químicos diferentes a las lagrimas de la alegría.
Estos hechos confirman la gran necesidad de utilizar nuestra conciencia para crear los cuerpos que realmente necesitamos. Todo este perfil bioquímico sera dramáticamente modificado cuando nos sentimos tranquilos, Shakespeare no estaba metamorfórico cuando a través de su personaje "Prospero" dijo: " Nosotros somos hechos de la misma materia que los sueños".
Ese es el soplo divino que tenemos cada uno para transitar por la vida, si sabemos conducirnos por senderos de placidez, aceptación, gozo y alegría, todo nuestro ser latirá al influjo de estas emociones.
Se nos ha dado a los seres humanos el don inconmensurable de poder cambiar el rumbo de nuestro YO interior para que este en armonía con el universo que lo rodea. Los antiguos Chinos valoraban "la adaptabilidad" como uno de los dones mas valiosos del ser humano, y creo que así es porque si nos sabemos adaptar armónicamente a las situaciones que nos tocan en la vida, y en lugar de oponer resistencia que nos lastiman, ponemos todo nuestro ser a valorar y afirmar ese camino con alegría, tendrá la fluidez de un río que sigue su curso alegremente pues sabe cual es su rumbo pese a los escollos que se presenten, Por ello nuestras emociones y sentimientos tienen que estar siempre iluminados por la luz de la aceptación con alegría y esa es la base de la verdadera felicidad del alma y la armonía para nuestro cuerpo que de ese modo se ve fortalecido.
ResponderEliminarLa mutabilidad, esa característica tan peculiar del ser humano y su personalidad, siempre condicionada a los estímulos que recibimos de nuestro entorno, somos tan imprevisibles que solo podemos garantizar el segundo en que estamos viviendo, ya que cualquier circunstancia positiva o negativa del medio, hará que todo el organismo se movilice generando una reacción, de allí que seamos " El YO y las circunstancias" de Ortega y Gasset, si sentados a la vera de un río cristalino le arrojamos una piedra, este pierde su armonía, su superficie uniforme, ahora esta marcada con círculos centrífugos y el enturbiamiento de su aspecto cristalino, al elevarse tierra de su lecho, que si no volvemos a agredirlo, recuperara su mansedumbre, su aspecto cristalino y seguirá su curso...